lunes, 1 de octubre de 2012

Fin de semana rural, rural...

   Este fin de semana ha sido diferente... muy tranquilo, para mucha gente quizá demasiado tranquilo, pero os aseguro que el sitio es perfecto para no pensar, desconectar y disfrutar. Nos hemos ido a un pueblecito prácticamente deshabitado, de hecho creo que viven unas 8 personas, y donde la mayoría de las casas están derruidas pero tiene algo que lo hace especial... es curioso porque a pesar de que está casi abandonado hay dos casas rurales y en proyecto, unos apartamentos turísticos, y es que parece que la vida tan estresante que vivimos nos hace recluirnos de vez en cuando en estos lugares olvidados... la aldea se llama Poyales y pertenece a Enciso, se encuentra a unos 1000 metros de altitud y a unos 95 km de Logroño. En los años 60 quedó totalmente abandonado y en los 80 comenzó de nuevo a tener vida. En sus buenos tiempos y aunque no lo parezca, Poyales tuvo iglesia, ayuntamiento y colegio; sus habitantes eran sobre todo agricultores, ganaderos y también trabajaban en fábricas de Enciso hasta que éstas fueron cerrando y la gente tuvo que marcharse a las ciudades en busca de nuevas oportunidades. Ahora, gracias al esfuerzo de las pocas personas que habitan el pueblo se van reconstruyendo casas e intentan que el pueblo sea algo más que un montón de piedras abandonadas...

Vista del pueblo de Poyales

Iglesia

Una de las casas

Como para llevar la llave en el bolsillo...

Otra casa

La casa donde nos alojamos, muy chula...
    Estos son algunos de los animales que andaban por allí... 






   Muy cerca de Poyales se pueden visitar sitios chulos como      

                                                                 Enciso...




                                                                               
   
                                                                   Navalsaz...



                                 
                                                                  Arnedillo...







    Y esto es todo por esta vez, espero que os haya gustado y sólo comentar una última cosa, no he visto tanta estrella en el cielo como en las noches de Poyales... colorín, colorao, este cuento se ha acabao...

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